El Capital Humano: el arte de liderar y gestionar personas

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Una de las primeras cosas que debe poner en práctica toda persona que se considere a sí misma un líder –más aún cuando hablamos de un liderazgo de tipo ético–, es algo que, de tan sencillo, parece que cae en la zona del olvido, a saber, que los líderes deben, por sobre todas las cosas, ser capaces de guiar a sus colaboradores y seguidores –quienes representan el Capital Humano de la empresa– hacia los objetivos que han sido fijados, basando su liderazgo en ciertos valores y principios básicos tales como: la confianza, la equidad, la justicia y el respeto hacia todos aquellos que han decidido seguirlo y apoyarlo, al punto de estar dispuestos a sacrificarlo todo en beneficio de su gente, tal como lo hizo un gigante en el ejercicio del liderazgo, como lo fue Nelson Mandela, una persona que aun cuando ya llevaba sobre sus espaldas más de 27 años de prisión, abusos y malos tratos, se propuso “nadar en contra de la corriente” y convencer a sus oponentes a través de una visión generosa y humana, por medio de la grandeza de su alma y su capacidad para perdonar –cosa inconcebible para muchos de nosotros– a todos aquellos que tanto daño le habían hecho a él y al pueblo que defendía.